ETA sigue hablando como sabe. La muerte, el odio y la extorsión son sus formas de comunicación y notificación. Todas ellas acompañan a la ‘serpiente’ a lo largo de su existencia; no obstante, nunca se saldrá con la suya mientras el Estado de Derecho se mantenga firme.
El Gobierno Rodríguez, después de casi tres años de titubeos y carantoñas a la banda, puede volver a la senda tan reclamada por las víctimas del terrorismo. Al fin y al cabo el partido del Gobierno ha sido quien ha roto la unidad para derrotar a ETA y quien ha destrozado el Pacto Antiterrorista. La línea de trabajo seguida por Rodríguez en estos últimos años, estaba claro que era un camino a ninguna parte o un intento de alcanzar la cátedra de la estupidez.
Si hace unos días las declaraciones del presidente Rodríguez nos hacían pensar que ahora podía volver al Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, después de sus palabras el Día de la Constitución no albergamos ninguna confianza. Es más, volvimos a ver en Rodríguez esa mirada nada limpia y dispuesta al engaño o a la vulgar patraña. Hubo un momento en que la mirada de Felipe González también delataba cuando mentía.
Como en otras ocasiones el presidente acabó ‘volviendo el rabo’, hoy no le puede creer ningún ciudadano de bien. Echemos la vista atrás y recordemos lo sucedido tras el atentado de Barajas. “Nunca más volveremos a negociar con ETA” y, sin embargo, se dejó llevar por confusos ilusos que creyeron ver en los terroristas a auténticos “hombres de paz”. Rodríguez volvió a equivocarse, como en otras ocasiones; ni había tales “hombres de paz”; ni corría peligro la salud de Ignacio de Juana Chaos; ni Otegi era el enviado por Naciones Unidas; ni la internacionalización de la banda era positivo para España; ni se solucionaba nada con dar el chivatazo a la banda; ni Mesquida sabía por dónde le soplaba el aire; ni el Estado de derecho podía quedar en buen lugar con estos ‘pepiños’ culturados.
La negociación acabó poniendo al presidente Rodríguez ‘mirando a Cuenca’. Y para muchos ciudadanos sigue en esa posición. La ignorancia y la chulería mediática han sido sus banderas. Pero ahí está la Justicia, poniendo los ‘puntos sobre las íes’; aunque nos sorprende la tardanza. Tras diez años de sumario, la Justicia nos ha dicho lo que ya sabíamos. Entre otras cosas, que Elena Beloki, Alegría y Matanzas eran lo que se ha demostrado que son: miembros etarras y dirigentes a la vez.
Una vez más ha tenido que sacar la cara la AVT, acusar en firme y redireccionar a la Fiscalía. Como de costumbre, parece que pretendía tratar con guante blanco a los etarras. Muchos no nos cansaremos de repetir que, mientras al frente de la Fiscalía General esté quien está, sigue siendo un peligro y posiblemente un privilegio para ETA y ANV. Algún día, no muy lejano, tendrá que explicar el fiscal general del Estado hasta cuándo va a seguir alimentándose ANV de los presupuestos de las instituciones democráticas. Es suficientemente conocido que se pondrán todos los medios necesarios para ilegalizar a ANV antes de las elecciones y creen que esa será su coartada. Pero la ciudadanía debe saber esperar detrás de la puerta para hacerles enfrentarse a su propia indignidad.
Cuando pasen unos días y los partidos se distancien en el tiempo del reciente atentado, escucharemos el ‘digo’ donde antes se decía ‘Diego’. Ha pasado una y otra vez. Ahora no va a ser distinto. Los primeros suelen ser PNV e ‘Izquierda Hundida’. Detrás BNG, ERC y parte del PSE. Al tiempo.
