Archivo diario: 9 noviembre, 2007

Crispación que no cesa

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El espectáculo montado por Odón Elorza es equiparable a la estupidez profesional llevada a cabo por el prosocialista, José Mª Calleja. Ya no hay vuelta de hoja: ahora la mediocridad y la falta de ingenio tienen nombre de tertuliano.

Tanto María José Usandizaga como Isabel San Sebastián han descolocado a uno y otro. Les han hecho sacar lo más ruin y menos apreciable de su personalidad. La izquierda radicalizada no puede consentir que una mujer preparada razone con más sentido común que ellos. Se han lucido; pero lo han hecho para mal, con lo que su actitud machista ha quedado grabada para la ciudadanía. Si el machismo, el fundamentalismo y el fascismo hoy están colgados de la picota, también es debido a que muchas mujeres han trabajado duro para conseguirlo. Y cuando aludimos a mujeres, como hemos hecho, no nos estamos refiriendo a ‘cuotas’ o ‘floreros’ para mostrar, engalanar y colorear, sino que nos referimos a aquellas que a fuerza de sentido común y trabajo ‘ponen firme’ a quien merodee por los extremos negativos del Estado de Derecho.

Tanto María José Usandizaga como Isabel San Sebastián luchan a diario por salvar esta democracia que el presidente Rodríguez ningunea, sufren el odio del mundo abertzale, ponen a ETA contra la realidad y avasallan al terrorismo allí donde aparece. Dan la cara por la ciudadanía, mientras gente como Calleja y Olorza esconden sus vergüenzas y disfrutan ‘atropellando’ a quien, por el hecho de ser mujer, creen inferior y con menos predicamento. Algo que a un sector de la izquierda radical — donde hay que ubicar a los dos energúmenos de la semana — le cuesta admitir. Odian a quien no piensa como ellos, porque se sienten inseguros, arrastran complejos no confesados, se sienten inferiores sin atreverse a explicar los motivos y ondean la bandera de ‘por cojones’, en vez de la de ‘mis razones’. ¡Pobres mequetrefes!

La ruin actitud de Calleja y el miserable comportamiento de Elorza empiezan a ser habituales entre ese sector de la izquierda que no se da a razones. Su método es la imposición y su estilo se caracteriza por el vocerío y la crispación. Han mostrado lo más bajo de ellos. Han sacado al dóberman en versión ‘Pepiño’ culturado. De su propia mentira pretenden hacer verdad: actúan como los novios contrariados y acaban echándose encima sus propias palabras.

Algo muy grave está pasando en las filas del socialismo español para que pretendan desviar la atención de la mala gestión del presidente Rodríguez y la inutilidad de su gabinete. Desde Ferraz existe la orden de provocar permanentemente para robar a la calle el debate político, y también mediático, de forma que la ciudadanía olvide los numerosos fracasos de los últimos años, además de que ignore cuanto rodea al nada clarificado 11-M. Han agotado la hucha que heredaron de los Gobiernos de Aznar y están intranquilos; no pueden dar explicaciones ni justificar lo injustificable.

El socialismo ha pretendido que la sociedad acabara venerando su gestión, sin darse cuenta de que el ciudadano sabe pensar y expresar su disgusto cuando procede. Los arreadores de Ferraz han llegado a una conclusión que no admite discusión: Creen que la cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección. Claro que, sin ellos conocerlo, la frase es de Picabia y está dicha en otro contexto y para otra situación.

La veneración a la que aspiraba el socialismo, hoy es imposible. Además de estar acostumbrados a mirar por encima del hombro a los demás, no asimilan que, como solía decir Baltasar Gracián, nunca bien venerará la estatua en el ara el que la conoció tronco en el huerto. Por mucho que desde el socialismo se pretenda la represión, nadie admirará sus cadenas, aunque compruebe que de oro son.