Una vez conocidos los resultados de las elecciones municipales en la Villa de Cuéllar, no podemos decir que nos haya sorprendido esa más que merecida derrota de la denominada Izquierda, aunque sí lo haya hecho la dimensión del desastre en el que ésta se ha producido.
De todos es sabido que esta izquierda “de fachada” que existe en Cuéllar está constituida por tres formaciones que en un “sálvese quien pueda” bochornoso, se han apresurado a culpabilizarse entre sí de una debacle electoral en la que, en mayor o menor medida, y quieran o no reconocerlo así, todas han tenido su parte. No hemos apreciado, sin embargo, por parte de ninguna de ellas el menor atisbo de autocrítica que nos hubiera indicado, al menos, una disposición a enmendarse, imprescindible para que, algún día, la castigada Villa de Cuéllar pueda volver a tomárselos en serio.
El primero en manifestarse a este respecto fue el “jefe de los trabajadores”, a la vez número trece en las listas de Izquierda Unida. Candidatura ésta en la que, como sucede en el Reino de los Cielos, los primeros serán los últimos y viceversa, a la vista de que sea el que cierra la lista, y no quien la lidera, quien realiza tan atrabiliarias manifestaciones. Pero bueno, el que más y el que menos ya teníamos claro quién mandaba la turba, pese al orden ficticio que rezaban los papeles. Pues bien, como iba diciendo, este preeminente cuellarano carga toda la culpa del desaguisado al Foro Ciudadano de Socialistas por Cuéllar, grupo al que trata de “escoria política” y de “falsos izquierdistas”; apelativos que — aun siendo totalmente ciertos — en referencia a los escindidos del PSOE, no implica esa responsabilidad absoluta que les atribuyen en el desastre.
Al día siguiente sale a la palestra el número tres del PSOE, conocido — aparte de por otras muchas “virtudes” — por su amor a la Biomasa y a las mariscadas. Y nos dice con la cara dura que le caracteriza que los cuellaranos, que debemos ser tontos de baba, no hemos sabido apreciar las maravillas que han obrado en el pueblo con su “impecable gestión”. Y ello, pese a que la maligna oposición no les ha permitido hacer casi nada, que si no… vamos, ni Nueva York.
Unos días más tarde, aparece una nota de prensa en la que el Foro Ciudadano de Socialistas por Cuéllar pretende quedar exento de cualquier responsabilidad y pecado en el suceso.
Naturalmente, aquí mienten todos. El primero, el “jefe de los trabajadores”, a quien no puede ocultársele el hecho de que el principal culpable del estropicio no es otro que el PSOE de su amigo Octavio Cantalejo, que ha sido el que ha desgobernado el municipio durante todos estos años, con las consecuencias que todos conocemos. Del mismo modo que se da cuenta, también, de que quien como él mismo ha estado apoyando a todos los sucesivos gobiernos del PSOE — del brazo del citado señor Cantalejo — mientras éste destrozó la economía municipal, no puede estar libre de pecado.
En cuanto al portavoz número tres del PSOE, qué voy a decir de este individuo que no conozca ya el común de los cuellaranos.
Por último, y en lo que respecta a ese afán anti-exculpatorio del Foro Ciudadano de Socialistas por Cuéllar, solo animarles a que dejen de lado la falsa modestia y reconozcan que han sido ellos quienes han dado los primeros y necesarios pasos para poder expulsar del Consistorio — si bien demasiado tarde — a quienes tanto daño han hecho. Porque, a fin de cuentas, durante cuatro largos años de políticas municipales, ésta ha sido una de las poquitas aportaciones de las que no deben avergonzarse.
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NOTA DEL EDITOR: Artículo cedido por el autor para este Blog.
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