Quiero desde estas líneas de mi humilde Blog rendir un cariñoso recuerdo, a la vez que enviar un fuerte abrazo, a mi amigo Julián Lago, periodista de reconocido prestigio y que recientemente ha sufrido un accidente en Paraguay.
Le conocí hace tiempo, cuando trabajaba en El Norte de Castilla. Por diferentes circunstancias hemos seguido manteniendo una muy noble y estrecha relación de amistad.
Sinceramente, cuando he leído el titular en Periodista Digital he de confesar que me he asustado. «Julián Lago, más cerca de Dios que de los hombres» ¡Coño!
Vaya desde aquí mi más sincera amistad y mi mayor deseo para que se recupere sin secuelas. ¡Ánimo, Julián, estamos contigo! ¡Entre todos podemos! ¡Y tú también puedes, coño!
No sé hasta qué punto depende de ti salir de tu actual situación. Pero si hay parte que depende de tí, te ruego que eches lo que tú me pides que «eche al asunto» cuando te cuento que recibo amenazas desde el entorno abertzale por los artículos e investigaciones sobre esos cafres de allí arriba; sí, los de la parte superior del mapa de España, allí en las Vascongadas. Pues eso mismo te digo yo ahora: «¡Échalo cojones, Julián!».
Un fuerte abrazo de tu amigo, Jesús Salamanca.