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Falleció Julián Lago, un amigo leal y legal. Adiós, amigo, adiós. Un fuerte abrazo, gracias por tu amistad.

Cuando estoy a punto de terminar mis vacaciones me entero de que mi buen amigo, Julián Lago, ha fallecido en Paraguay, después de haber estado 81 días ingresado. El parte médico dice que ha fallecido  de «una falla multiorgánica».

Como dice la canción: «Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va». Y es cierto. Me duele. Lo siento, como lo sentirán muchos de tus amigos de El Norte de Castilla — aunque hoy El Norte está bastante enrarecido en Pucela, donde tú naciste, como yo–, de Tribuna y de tantos medios en los que has trabajado.

Mi más sentido pésame a tus familiares. Adiós, Julián. Espéranos muchos años allí arriba, o donde leñes vayamos. Un abrazo de tu amigo, Jesús.

Julián Lago, periodista y amigo.

¡Tú también puedes, Julián! ¡Échalo cojones!

Quiero desde estas líneas de mi humilde Blog rendir un cariñoso recuerdo, a la vez que enviar un fuerte abrazo, a mi amigo Julián Lago, periodista de reconocido prestigio y que recientemente ha sufrido un accidente en Paraguay.

Le conocí hace tiempo, cuando trabajaba en El Norte de Castilla. Por diferentes circunstancias hemos seguido manteniendo una muy noble y estrecha relación de amistad.

Sinceramente, cuando he leído el titular en Periodista Digital he de confesar que me he asustado. «Julián Lago, más cerca de Dios que de los hombres» ¡Coño!

Vaya desde aquí mi más sincera amistad y mi mayor deseo para que se recupere sin secuelas. ¡Ánimo, Julián, estamos contigo! ¡Entre todos podemos! ¡Y tú también puedes, coño!

No sé hasta qué punto depende de ti salir de tu actual situación.  Pero si hay parte que depende de tí, te ruego que eches lo que tú me pides que «eche al asunto» cuando te cuento que recibo amenazas desde el entorno abertzale por los artículos e investigaciones sobre esos cafres de allí arriba; sí, los de la parte superior del mapa de España, allí en las Vascongadas. Pues eso mismo te digo yo ahora: «¡Échalo cojones, Julián!».

Un fuerte abrazo de tu amigo, Jesús Salamanca.