Maleni Álvarez y Miguel Ángel Aguilar se han vuelto a pasar tres pueblos con sus distorsionadas reflexiones. Quienes no saben estar en su sitio, al menos deberían aprender a ser educados y corteses. Parece como si la LOGSE también les hubiera afectado, no por su edad, sino por su chulesco, atrevido y ruin comportamiento. Son el último banderín de enganche del socialismo.
Han querido estar en todas las batallas y no han estado en ninguna importante. Pero lo más extraño es que aún se mantiene a Maleni como ministra — uno de los milagros políticos más llamativos de la era moderna — y a Aguilar como analista; no sabemos de qué es analista, pero así le califican, aunque él solito se descalifique.