Las enseñanzas y la imagen que debe quedar de todo el proceso de negociación sobre la integración de las Cajas en Castilla y León es que el acuerdo ha sido fruto del consenso social. Dicho acuerdo debe ser analizado con calma y a la luz de la tranquilidad que da tanto apoyo entre fuerzas bien distintas.
En esta ocasión, el saber estar del líder regional del partido socialista es una señal de futuro tranquilizador. A pesar de lo que se ha dicho, Caja España no sale perjudicada con el acuerdo de integración; no olvidemos que ocupa el puesto decimoquinto en el ranking nacional de entidades fiables y seguras.
Lo que sí debería preocupar al contribuyente y al ciudadano de León y del resto de provincias castellanas es la nula visión de futuro que ha demostrado el actual presidente de Caja España. Podríamos decir que, por propios méritos, él solo se ha abierto la puerta de despedida. No quepa duda de que, si de este humilde analista dependiera, mañana mismo tendría la carta de despido en el bolsillo, pues sus manifestaciones en nada han ayudado a tranquilizar y a dar pasos de futuro.