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'COCO' y 'OGETE' dañan la imagen de RENFE

Fernández Toxo, vulgar personaje, estúpido integral e hijo de puta afiliado a 'COCO', agarrado a la barra del autobús.

Lo de RENFE es lo que faltaba para que terminaran de reírse de todos nosotros. Ahora utilizan a RENFE para hacer daño al empleo y asegurarse la permanencia de la crisis, que tanto interesa a los aburguesados sindicatos de clase. Cuando lleguen las vacaciones de Semana Santa, Navidad o verano también utilizaran a RENFE para fastidiar a la ciudadanía que busca el descanso vacacional.

¡Malditos sindicatos de clase, siempre contra el ciudadano, contra el trabajador y contra el empleo!

Las barbaridades que están cometiendo “COCOS y OGETES” ni siquiera el sindicalismo vertical se las hubiera permitido. Con el atropello de RENFE, estamos ante un trato de favor por parte del ruin Gobierno de Rodríguez; algo que jamás se había visto en la historia de la democracia. “Bailan el agua al Gobierno”, como lo definió Javier en el Congreso de los diputados.

Los Ayuntamientos del franquismo pagaban el autobús, daban bocadillo de sardinas, queso o chorizo a quienes viajaban a Madrid para vitorear al Caudillo en la plaza de Oriente; pero la mediocridad sindical va más lejos: pagan tren, comida y gratificación a los asistentes. Y lo hacen a costa de todos nosotros, con la bendición ‘gótico-satánica’ de Rodríguez Zapatero.

No se debe esperar más y planificar una huelga general contra los sindicatos de clase. Entran bajo palio en Moncloa y el estúpido presidente aún habla de “paz social”. ¿Pero qué dice? ¿Cuánto nos cuesta?

Desprecio de CC.OO. y UGT a los trabajadores.

¡El aguinaldo obrero!


Los sindicatos de clase avergüenzan a los trabajadores. Actúan de mala fe y dañan el ámbito laboral. El paro les favorece y defienden esa situación entre los obreros: «a río revuelto, ganancia de mamones sindicales».

Hoy los sinvergüenzas, vagos y demás personal de desecho se concentran en el sindicalismo de clase. No han evolucionado; siguen anclados en el siglo XXI; defienden retrógradas situaciones más propias de mediocres y desclasados que de modernos y cualificados trabajadores.

«No hay peores tiranos que los sindicalistas — decía Lamartine — , ni hombres más soberbios que los salidos de la nada». Ahí está la clave del sindicalismo obrero, retroprogre, malicioso, socialista, absurdo, burdo y ‘maloliente‘ y anclado en la ‘izmierda‘, verdadera desgracia para las sociedades modernas y evolucionadas.

Gobierno y sindicatos ridiculizan al trabajador

La Encuesta de Población Activa pone de manifiesto que la situación económica va de mal en peor. Casi seis mil parados aumenta diariamente la ‘empresa más grande del país’. Y en ello incide la culpabilidad del Gobierno y de los sindicatos. El primero, por su ineficacia y tardanza en reaccionar ante la crisis. Los segundos, por su dejadez, su desconocimiento de la situación, su permanentemente corrupta actuación y su desprecio al trabajador.

Gobierno y sindicatos huyen de la realidad y, cuando pueden, culpan al que pasa por la puerta de casa. Lo mismo les da planchar huevos que freír corbatas. Ellos van a su ritmo, a su ‘bola’ y con su daño; al fin y al cabo juegan con la pólvora del Rey y de ella gastan. Decía Demóstenes que “cuando una batalla está perdida, sólo los que han huido pueden combatir en otra”.

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Ladrones de guante blanco

Nos gustaría saber cuánto dinero reciben los sindicatos de clase, procedente de los presupuestos generales del Estado. Sí es cierto que el BOE puede aportarnos interesantes datos sobre ayudas, subvenciones, cursos de formación y un largo etcétera. Pero también es verdad que reciben dinero por otros cauces. Por eso no entendemos que sean las empresas quienes pagan a sus sindicalistas liberados, mientras los propios sindicatos manejan a su antojo fondos con muchos ceros y, a veces, los dedican contra los trabajadores y contra la creación de empleo. A todos ello hay que añadir las elevadas cantidades que reciben de las comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones y del Fondo Social Europeo.

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