Antes o después tenían que salir a relucir las barbaridades cometidas por el bipartito gallego, que tanto daño ha hecho a Galicia durante la legislatura pasada. Tanto monta, monta tanto, PSG como BNG. Lo mismo da TouriñoQuintana. Votar a uno era votar al otro. Uno no hubiera gobernado sin el otro en Santiago, sea cual fuera la situación y la cantidad de votos. Ahora que ya gobierna Alberto Núñez Feijóo está obligado a levantar alfombras: el pueblo gallego aún no sabe nada de lo que se esconde tras el ‘dúo mandanga o dúo calavera’.
Ambos tienen mucho que callar, aunque el gusto por el lujo, el abuso y el atropello al ciudadano puede darles más de un disgusto. Sea como fuere, Galicia ha perdido cuatro años y tiene la obligación de recuperarlos cuanto antes. Nunca Galicia había contemplado a dos líderes políticos tan atraídos por el mangoneo y el retorcimiento.