En la desorientación del gobierno socialista en materia económica, y ahora que parece están dispuestos a acometer reformas, quizá el tema más espinoso y que requiere una reforma en profundidad es el sistema de pensiones al cual como primera medida se pretende dar un nuevo bocado por parte del Gobierno en c ontra de los cotizantes alargando la jubilación a los 67 años y el cómputo para la pensión a mas años de los 15 actuales.
Al tener un sistema de reparto donde los nuevos cotizantes financian a los pensionistas actuales se producen cíclicamente crisis que van deteriorando el importe de las jubilaciones presentes y futuras por lo que los cotizantes actuales no pueden tener garantia de lo que percibirán al final de su vida profesional.
En un sistema de reparto lo que paga un cotizante es consumido directamente por un pensionista. En un sistema de capitalización, un cotizante ahorra para su propio futuro, y durante el tiempo de espera ese ahorro se capitaliza invirtiéndose en proyectos empresariales que benefician al resto de la sociedad.
El ahorro se invierte, ensanchando y alargando las estructuras productivas. Al final del período de maduración se recupera el capital revalorizado y el pensionista dispone de una pensión más cuantiosa, a menudo antes de los 65 años. En Chile se permitió escoger a los trabajadores y el 95% se salió del sistema de reparto para desplazarse a las pensiones privadas.
Los informes de lo economistas Albert Esplugues y de Jose Ramón Rallo publicados hoy en Libertad Digital proponen que el Gobierno permita elegir a los trabajadores con respecto a las aportaciones del empresario a la seguridad: aquellos que quieran que el montante sea destinado a la Seguridad Social permanecen en el sistema, aquellos que quieran administrarlo de otro modo, depositándolo en un fondo de pensiones o invirtiéndola directamente en bolsa, son libres de hacerlo.
FUENTE: Xavier Carrió http://veintidos3.spaces.live.com/