Rodríguez Zapatero está empeñado en repartir pobreza a la ciudadanía, de ahí su afán de ampliar los 420 euros a más población, en vez de suprimir tales horteradas y trabajar en serio por crear empleo, reconstruir, afianzar, reconvertir y modernizar las infraestructuras o profundizar en la investigación, la innovación y el desarrollo de los muchos proyectos pendientes que dejó a medias el último Gobierno de Aznar, por poner un ejemplo.
Ya no hay duda que será la clase media quien pague la subida de impuestos. Lanzó el globo sonda ‘Pepiño’ Blanco, don José, y lo ha retomado Rodríguez, con la torpe aquiescencia de la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda. El caso es que la situación es insostenible en este momento.
Podemos entender la subida del tabaco, los carburantes, el alcohol, incluso la vivienda (aunque no sea el caso) y todos los artículos de lujo; pero nunca podremos entender la congelación salarial de trabajadores dependientes y del colectivo funcionarial y menos aún con el beneplácito o el silencio de los ‘zapatones’ sindicales.