Hasta llegar a este callejón de confusiones, también han contribuido los sindicatos de clase con su inoperancia, con su nula visión económica , con su mala fe y con su egoísmo personalista. Han hecho virtud de su egoísmo y miseria de su trabajo. Un trabajo que solo merece reproches de la ciudadanía. Hasta tal punto es así que se han convertido en el hazmerreír de los trabajadores y de la ciudadanía. Por lo que se escucha en la calle están encantados con la subida del paro, pues es una forma de sujetar su posición y sus subvenciones. ¡Serán bandidos?
Ha llegado el momento de que los liberados sindicales — vagos institucionalizados que se cuentan por miles en comunidades como Madrid — cobren de su sindicato, en vez de cobrar de su empresa o de los presupuestos generales del Estado. España no se merece a estos miles de parados que cobran por levantarse a partir de las 11:00 a.m.y dedicarse a incordiar, además de meterse donde no deben.
Caminamos hacia la sima si no somos capaces de acabar con este tipo de ‘buitres leonados’. No nos extraña que se hayan comido también la longaniza que la Plataforma de Clases Pasivas depositó en la puerta de UGT, con motivo de la manifestación contra los sindicatos.
Lo que no entendemos es el motivo por el que don Enrique de Diego no depositó un cerdo en la puerta de la sede de Comisiones Obreras (cece, oo). También se lo habrían comido. Pueden estar ustedes seguros.
Los sindicatos??? No dan ni un paso.
bueno, sí. En Madrid van a la carrera, claro.
Un abrazo!!!
Los sindicatos se vendieron estos últimos años por más de 200 millones de €, eso cierra la boca a cualquiera. Son una panda de miserables que no hacen nada cuando el principal derecho social de una persona es el trabajo y éste se está perdiendo en el último año al ritmo de 1.8 millones. Una vergüenza.