Archivo diario: 25 abril, 2009

A Cándido Méndez, 'caudillo' contemplativo de UGT

Cándido Méndez, caudillo obrero de UGT

Cándido Méndez, 'caudillo' obrero de UGT

Lo que nos faltaba por escucharle. Ahora resulta que el señor Méndez, don Cándido, va dando consejos por ahí sobre cómo solucionar el paro, cuando ha sido incapaz de arrimar el hombro. En vez de censurar al Gobierno Rodríguez por su mala gestión y su nefasta política económica, se ha dedicado a criticar a Esperanza Aguirre. Confunde musas con misas y churras con merinas. Dispara con pólvora del rey, mientras se ‘columpia’ en los  presupuestos generales del Estado. ¡Qué cara más dura!

Ya sabemos, señor Méndez, que las cifras del paro del primer trimestre del año “son fatídicas”. ¿A quién va a echar ahora las culpas de ello? Ya no está George Bush, por lo que no le puede culpar. Ya no está Aznar, y tampoco es culpable. Ni son culpables los empresarios, ni lo es la situación en sí misma, y tampoco el lucero del alba., aunque esté a la vista. La culpa está en su partido, en el PSOE y en su falta de medidas apropiadas, además de en el relax vacacional que han adoptado Gobierno y sindicatos de clase, negando las evidencias.

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El presidente Rodríguez prometió el pleno empleo y negó la crisis. Se durmió en los laureles y dejó que se endeudaran las familias y las empresas. Ese ha sido el camino de los últimos cinco años, que ha desembocado en los más de cuatro millones de parados actuales. A ello hay que añadir el nuevo tratamiento que se dio al cómputo de parados siendo ministro Jesús Caldera: de no haberse alterado el criterio de cómputo, estaríamos hablando de una realidad que no reconoce el Gobierno; es decir, hablaríamos de cinco millones doscientos mil parados.

 El desequilibrio entre la realidad y los datos del INE es lo que trastoca todos los planes del Gobierno y deja con las posaderas al aire al ministro Corbacho. ¿Recuerdan su categórica afirmación, respecto a que no se llegaría a los cuatro millones de parados?

Cuando se es honrado – ¡y Corbacho no lo es; de ello puedo dar fe! – lo que procede es acudir presto a Moncloa, convocar una rueda de prensa, pedir perdón a la ciudadanía, reconocer la propia incompetencia y presentar la dimisión a Rodríguez con carácter irrevocable.