Ni el propio presidente de Castilla y León sabe qué hacer con su consejero de educación y con todo el equipo de éste. Es opinión y convencimiento ampliamente extendidos que el consejero se ha rodeado de excesivos elementos cargados de incompetencia e ineficacia. Después de las presiones para cesarle, Herrera Campo quiere apartar al consejero de labores políticas, pero quiere hacerlo con elegancia, algo que es muy propio de Juan Vicente, por eso pasan en la comunidad las cosas que le pasan. En esta última afirmación abarco un amplio abanico que va desde el fraude de Caja España-Duero, pasando por la variante de Guardo, hasta la rebelión de dirigentes regionales contra la forma de actuar del presidente.
Apenas transcurridos dos años de la actual legislatura, los problemas asoman por doquier, y lo hacen como fruto de la incompetencia reiterada del consejero de Educación y de todo su equipo; un equipo que deja mucho que desear y que va de mal en peor con cada medida que adopta. Ahí tienen el caos organizado con la desaparición de la ESO en la zona rural; medida que tuvieron que retirar tras la presión de los alcaldes de las zonas afectadas, el fuerte recorte de plantillas en los centros, la desaparición de infinidad de derechos adquiridos por el profesorado, y un largo etcétera de medidas absurdas y denigrantes a la vez, lo que supuso la petición de su dimisión por parte del profesorado y de numerosos colectivos regionales, además de por decenas de alcaldes afectados por las medidas contra el medio rural eso sí, los sindicatos docentes se escondieron por miedo a que los recortaran más las fraudulentas liberaciones.
No hay más que echar una ojeada a la última brutalidad que pretenden aplicar en León. No se conformaron con querer desplazar cientos de kilómetros a niños en edad escolar cuando quisieron anular la ESO de la zona rural, sino que ahora vuelven a la carga en un claro intento de “ataque” a la provincia de León. “Es inaguantable cada decisión que adopta este consejero (Juanjo Mateos) y su ‘tribu’ de mediocres endiosados”, decía ayer un procurador de las Cortes de Castilla y León.
La última en incorporarse a la decena de organizaciones y a los miles de profesores y profesoras que piden la dimisión de Mateos y de todo su equipo ha sido la Unión del Pueblo Leonés. (UPL), porque según el procurador leonesista, Alejandro Valderas, el consejero Mateos es el “causante directo” de la pérdida de enseñanzas en el mundo rural en León. Incluso, el señor Valderas, ha culpado a este consejero y a su equipo “de la ruina y persecución a la Universidad de León”.
Está claro que el verano debe servir de reflexión. El ámbito educativo de Castilla y León se está enturbiando por la deficiente gestión que se está haciendo de la educación. Siempre tiene que tapar agujeros el profesorado y parchear las barbaridades que se cometen desde la Consejería.
Por eso no es de extrañar que los dirigentes del PP estén pidiendo a gritos que se cese al consejero y a todo su equipo. Incluso esos dirigentes van más lejos: una y otra vez exigen al presidente Herrera que tome las riendas de la educación en la comunidad, Agustín Sigüenza Molina, actual director provincial de educación de Valladolid. Y desde León se insiste en que el actual consejero de Fomento, señor Silván, debe agarrar por la pechera a Juan José Mateos y decirle que “¡ya está bien de hacer daño a León y a la educación!”.