Al «tonto contemporáneo» le ha sucedido lo que a los pollos de la foto. Desde que hizo el anuncio de atracar a funcionarios y jubilados empezó a cavar su propia fosa política. Pretende dañar a quienes más han sufrido los vendavales económicos de los últimos años, en vez de trasladar el atraco-recaudación a la empresa privada, que es quien ha socavado las estructuras de la economía. Recuerden las ayudas a la banca y al sindicalismo vertical unificado, (CCOO-UGT), mientras Cáritas se veía obligada a hacerse cargo de los dos millones de pobres de solemnidad repartidos por el territorio nacional.
Una vez más sus errores los va a pagar, pero esta vez de inmediato. Hay que exigirle que convoque elecciones. El socialismo ha quedado deslegitimado para dirigir una crisis, por sus mentiras, su incompetencia, su torpeza, desidia y, sobre todo, por la eliminación de cinco millones de puestos de trabajo. Zapatero se ha ganado el insulto, sin paños calientes y sin adjetivos suavizantes.
Ante los hechos acaecidos, cualquier insulto al presidente es bien acogido y mejor aplaudido. No lo duden.