Cuando un político desprecia al contribuyente, bien podemos calificarlo de parásito indecente, inservible y sinvergüenza. Incluso, inútil.
Por Jesús Salamanca Alonso / ¿Para qué tantos ministros si a la sesión de control únicamente acuden seis? ¿Miedo? ¿Excesivos trapos sucios? ¿Cadáveres del pasado y del presente? Está visto que, ausente el plagiador patrón, el caos se multiplica dentro de la coalición socialcomunista. Y no será porque no hay asuntos que tratar, responsabilidades que asumir o necesarias explicaciones que aportar. Desde Marlasca (con «c», no con «k») hasta «la Yoli», pasando por la «marquesa», Belarra, Garzón, «Chiqui», Castell…Todos tienen que ir explicando el estado de sus «cadáveres» antes de que abandonen el poder de forma ordenada. Doy fe de que no se agotará la legislatura por la desbandada de «Hundidas Podemos» y la actuación de los tribunales. De momento, ya tienen un «Pollo» cantando en la antesala, con pruebas en la mano y sangre en los ojos.
Mal comienza el curso político ese enjambre que aposenta sus posaderas en sillones que no merecen, recorren alfombras de niveles a los que no llegan y cobran sueldos que no se ganan ni trabajan ni merecen. Con su espantada de las Cortes cometen fraude al contribuyente; precisamente ese que paga su sueldo y los mantiene en situación de parásitos desnortados y sin provecho. Sigue leyendo