Por Jesús Salamanca Alonso / Miguel Ángel Revilla, prorroga 14 días más el cierre de la hostelería. Horas después acude a un reservado en el interior de un restaurante a comer y fumar puros. Al presidente cántabro le ha faltado tiempo para criminalizar a los hosteleros por sus protestas ante las restricciones al sector. Lo grave es que acusa sin pruebas a los partidos políticos de alentar esas. Pretende, como mal político y peor gestor, hacerse pasar por una víctima tras la polémica que ha generado su felonía e incumplimiento de las restricciones en un restaurante de Santander
El presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria ha explicado perfectamente lo que ya se conoce como “REVILLAGATE“. Sólo le falta decir a Revilla que “Ya han identificado a los terroristas que ayer me grabaron mientras comía en el interior de un restaurante y fumaba un buen puro a costa de los cántabros”. Miguel Ángel Revilla ha empezado por acusar a la extrema derecha incidiendo en que está “sometido al acoso de una minoría”. No parece haberse parado a pensar que, por su mala cabeza y peores decisiones, los cántabros están ahogados y con unas previsiones de futuro poco halagüeñas. Sigue leyendo