La Asociación de Empresarios de Hostelería de Cantabria (AEHC) no puede pasar por alto este ‘atentado’ a su dignidad y a la de sus negocios.
Por Jesús Salamanca Alonso / Miles de negocios cerrados en Cantabria y en toda España. Infinidad de empresarios han visto cómo iban al traste sus negocios, ilusiones y futuro. Tampoco han faltado quienes optaron por el suicidio ante la agobiante situación y los créditos ya impagables. Casi 700.000 autónomos destrozados. Miles de familias rotas. Colas interminables y angustiadas ante los Bancos de Alimentos. Cientos de desgracias familiares ante la frustrante situación que crearon los políticos, en muchos casos sin hacer caso a la autoridad sanitaria y sintiéndose más papistas que el Papa. A la vista del atropello cometido por Revilla no puede esconderse la Sanidad cántabra ni la española. ¿Recuerdan a los ‘vacunajetas’? Es lo mismo, pero en el ámbito hostelero.
Y, mientras tanto, el señor Revilla (lo de ‘señor’ sólo por educación porque el respeto ya se lo he perdido desde que se demostró su desprecio a los hosteleros cántabros) saltándose sus propias normas, igual que antes lo hicieron Ábalos, Celaá, Garzón, la fiscal general o el propio presidente del desgobierno socialcomunista, proetarra, proindependentistas, progolpista y pronacionalista. Sigue leyendo