8-M: La reiterada condición homicida de Irene Montero

Irene Montero. Viñeta de Linda Galmor

Por Ignacio F. Candela / EL CORREO DE ESPAÑA / Cuando veo la tumba de mi Padre, asesinado por protocolo monclovita mediante sedación- eutanasia encubierta que las ratas se apresuraron a legalizar para no dejar rastro criminal-, internado con infectados de coronavirus dando negativo el día anterior, negándole el retorno a su casa, la vida, después de la diálisis rutinaria, entre sombras de sentimientos inconfesables me acuerdo de mozos de carga y simpatizantes del terrorismo que germinaron engendros de Satanás, literalmente. Que estén vivos unos y otros lo considero paradójico, cuando decenas de miles de personas fueron aniquiladas. Hay un antes y un después que ha depreciado la existencia de muchos culpables, con la memoria sempiterna de los homicidios, perpetrados contra decenas de miles. 

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