“La deficiente redacción de la ley nos lleva a pararnos en la forma: sorprende el lenguaje plagiado de otras leyes y el destructivo lenguaje inclusivo que impide leer con agilidad y limpieza”.
Por Jesús Salamanca Alonso / Desde el año 1996 vengo escuchando hablar de la necesidad de un pacto social por la educación. Cada partido mayoritario lo ha planteado cuando le ha convenido, pero nunca hubo acuerdo. El más empeñado en ello fue Alfredo Pérez Rubalcaba. Sin pacto las leyes partidistas y sectarias serán el pan nuestro de cada día. Hoy por hoy veo muy difícil ese pacto por la orientación educativa que defienden los dos partidos mayoritarios. La verdad es que hacerlo de cara a la galería sería un error de bulto.
Echemos un vistazo a la actualidad. Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional, ha impuesto una ley sin consenso de ningún tipo. Lo peor de todo es que ni siquiera ha habido diálogo, que es lo peor que se puede achacar a un político y a un ministerio. Por eso nace fracasada y contestada socialmente; no hay más que ver lo sucedido el domingo en toda España. No dejen de poner en relación las grandes manifestaciones de la comunidad educativa y la fuerte contestación de ésta con el “Aló, Presidente” llevado a cabo por Pedro Sánchez. Sigue leyendo