“Cuando el ‘bichavito’ da caña a otros es libertad de expresión, pero cuando se la dan a él es mensaje de odio, bulo, resentimiento o exageración”.
Por Jesús Salamanca Alonso / Cuando algo nos salía mal decíamos que había “una mano negra”. Si preguntan al ‘Dr. Google’ comprobarán que la ‘Mano Negra’ o ‘Mano Nera’ no era más que una “banda criminal italiana e italoestadounidense especializada en la extorsión”. Con frecuencia ese tipo de métodos de extorsión eran practicados por la Camorra y la Mafia. Hay muchos otros significados que van desde saltarse las normas en el juego de canicas hasta la sociedad secreta anarquista que combatió a los latifundistas andaluces, pasando por la persona que actúa de forma oculta para perjudicar a otra. Precisamente es esta última la que nos interesa y que equivale a la expresión “poner la pierna encima” para aprisionar a alguien.
En México tener la sensación de que hay una ‘mano negra’ es cuando existe una intervención indebida que hace una persona en algo en lo que no tiene derecho para participar. ¿Por qué esto de la ‘mano negra’? Pues porque desde hace tiempo compruebo que desde instancias institucionales, y en un claro ataque a la libertad de expresión, se están empezando a poner trabas a medios de comunicación y personas que denuncian la incompetencia e ineficacia del Gobierno y sus inútiles e inservibles ministerios. Hasta el Centro Criptográfico Nacional, que se coordina desde el desinformado CNI, ha empezado a meter mano donde no debe. El objetivo no es otro que cercenar las libertades de expresión y de actuación. “Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre. Quien se atreva a más es un insensato”, decía Shakespeare. Sigue leyendo