Por LUYS COLETO / EL CORREO DE ESPAÑA / Bozales, terrorismo (de Estado) silencioso destinado a la sumisión psicológica. Ahora bien, si no desean esforzarse por recuperar una libertad que les están arrebatando delante de sus mismos ojos y de manera irreversible, vayamos a la salud. Asunto que tal vez les preocupe más. Por desgracia, sospecho que sí.
Bozal, destrozando tu salud
Ponerse unas bragas sucias en la boca de forma continuada, además de adefesio estético deshumanizador, deviene desguace para la salud. Además de absolutamente ineficaz para protegerse de un virus (por otra parte, todavía inexistente, ya que continúa sin aislarse). Los que jamás nos pondremos un puto bozal bajo ninguna circunstancia, sentimos cierto espanto al ver a tanta gente dejándose “anestesiar” con su propio dióxido de carbono. Una pesadilla. Es un hecho fisiológico simple e incontrovertible. Eso sí, el incremento de patologías infantiles que va a causar el bozal producirá auténtico estremecimiento. Comencemos. Más caries, más orzuelos, más herpes bucales, más dolores agudos de cabeza, más acné. Y, desde luego, sinusitis, otitis, conjuntivitis y problemas de garganta muy diversos.