Álvarez de Toledo no ha perdido su aval ciudadano porque ha demostrado preparación y valentía frente a Casado, en tanto que los barones han fulminado su propia credibilidad.
Por Jesús Salamanca Alonso / No se puede destacar en un colectivo. Es peligroso tener razón en un país donde la envidia es pecado capital. El refranero nos dice que “en colectividad no demuestres tu habilidad”. Pues eso mismo, destacar, envidia, tener razón y manifiesta habilidad es lo que ha perdido a Cayetana Álvarez de Toledo. Los barones de medio pelo que mantiene el PP y que aún tienen mucho que demostrar en política, se han cegado con la regeneración que apuntaba Cayetana.
Pablo Casado ha cambiado de “caballo” a mitad de carrera y eso puede costarle disgustos. Se ha tenido que tragar el sapo de las baronías y se ha cargado el impulso que suponía Cayetana. El presidente del partido ha dejado con un palmo de narices a sus votantes y seguidores. Ya se había convertido la portavoz en la nueva joya de la corona ‘pepera’. Ha demostrado en el Congreso que es capaz de envolver con su verbo y con su claro pensamiento a tirios y troyanos. Precisamente, en un momento generalizado de bajo nivel parlamentario, la marquesa se había convertido en “primus inter pares”. Sigue leyendo