Por Jesús Salamanca Alonso / El gran fracaso de Pedro Sánchez está en estos dos razonamientos: el primero, es que no han dejado meter baza a Pedro Sánchez y le han achacado su ineficacia en la gestión de la crisis sanitaria, así como sus gastos “festivos y populistas” (refiriéndose a los conocidos “viernes negros” del Gobierno) y, el segundo, está en que el presidente presumía –hace un par de semanas.– de que iba a conseguir un billón y medio en fondos sin condiciones y ha regresado con un programa de rescate en toda regla.
Habrá que recordar a Sánchez que la prensa europea de ayer y hoy habla del “rescate” a España, de “operación de rescate” y de “equipo de rescate” (“Rescue team/operation”). Constantemente se incide en “to rescue” (rescatar). Sánchez ha vuelto a mentir y no cuenta su comentario de mal gusto –dada su incompetencia e inadaptación a esta cumbre– con la primera ministra finlandesa, Sanna Marin. Poco faltó para que ésta acabara con la cantidad destinada a España y, según Financial Times, a punto estuvo de fracasar la cumbre europea. Cuando te acuestas con un niño puedes levantarse “mojado” y si te acercas a un inepto corres el riesgo de que se te pegue algo.
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