EE.UU. se la tiene jurada al socialismo español desde que Zapatero despreció la bandera americana. Dos años después, la Casa Blanca difundió las fotos de “sus góticas” por el mundo y fue el hazmerreír transnacional.
Fotocomposición de la escena en la que Donald Trump pide a Pedro ‘Plagio’ que deje de molestar. Éste, agobiado y avergonzado, sonríe muy nervioso y desconcertado.
Por Jesús Salamanca / No hay duda de que tenemos muy mala suerte con los presidentes socialistas. Hay hacia ellos una falta de respeto que desde hace años es preocupante. Pasaba con el gafe, Rodríguez Zapatero, a quien los dirigentes europeos lo tomaban por el pito de un sereno o, si se quiere, por el tonto de turno. Y pasa ahora con Pedro ‘Plagio Sánchez: a éste lo toman por tonto y medio y por indigente político; ni siquiera su “churri” sabía arrojar comida a los peces que, por cierto, era todo su protocolo; al contrario que las acompañantes de otros dirigentes mundiales del G20.
¿Por qué toman por tonto y medio a Pedro ‘Plagio’? Pues por muchas razones: está considerado como un mentiroso compulsivo; es un veleta como el líder de Ciudadanos; es capaz de copiar una tesis doctoral sin inmutarse y, además, lo negó hasta que la evidencia no tuvo respuesta; es capaz de negociar con ETA y sus esbirros; desde el primer día se acercó a los independentistas catalanes que destrozan el Estado; hace buenas migas con el comunismo de ultraizquierda y reaccionario; alabó a las podemitas que efectuaban denuncias falsas contra sus maridos y reprimían a sus infantes (se hacían llamar las muy brutas y delictivas: “Infancia Libre”); pasea a su “churri” por donde no debe y se mofan de él, sea en el Falcon, en los conciertos y hasta en la boda de su cuñado; declara secreto de Estado sus fastuosos gastos en fiestas, orgías y demás extravagancias, donde siempre aparece su “Begoño”; ansía suplantar al rey y no se corta en discutir con él en público. Ah, y siempre está con los que más joden: es decir, LGTB (Lérida, Gerona, Tarragona y Barcelona).
Por esos, y por otros muchos motivos, se desprecia y ningunea fuera de España a este chulo desgastado y desgarbado. En EE.UU. — desde que Zapatero permaneció sentado ante el paso de la bandera americana– se tiene al socialismo español por una porquería sureña y por un blanco de ataque. Y con Pedro ‘Plagio’ no iba a ser menos.
Por cierto, desde que el gafe, Zapatero, retiró a las tropas de Irak, allá por 2004, a los soldados españoles se los recibe con el gesto de las gallinas; es decir, agitando los brazos reiteradamente. Y como el ejército español ya se lo conoce, cada vez que llega a su sitio nuevo, sabe qué significa el gesto y a quién se lo debe. ¡Maldito socialismo español!
