La izquierda andaluza, acostumbrada a vegetar y parasitar, no admite que se elimine su mamandurria.
La consejera en funciones Rosa Aguilar, y el portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, en la protesta.
Por Xavier Carrió / El PSOE de Susana Díaz, que ha demostrado su nulo talante democrático, ha capitalizado finalmente las protestas feministas en la investidura de Moreno Bonilla. Los socialistas no sólo han promovido las protestas convocadas, en principio, por colectivos feministas, sino que han terminado capitalizándolas y poniéndose, literalmente, al frente de las mismas. Consejeros y cargos orgánicos se han puesto al frente de las protestas convocadas por el movimiento feminista y secundadas por unas 2.000 personas.
El Sindicato Andaluz de Trabajadores también desprecia el resultado de las urnas y ha hecho un llamamiento “a ir a las puertas del Parlamento andaluz” para luchar contra “el fascismo y el machismo”.La “alerta antifascista” activada, entre otros, por Pablo Iglesias, con Andalucía como excusa y objetivo. Ni un día de tregua le va a dar la extrema izquierda al nuevo Gobierno andaluz. Si los resultados electorales del pasado 2 de diciembre ya provocaron un llamamiento desde Madrid por parte del líder de Podemos, Pablo Iglesias, a responder en las calles con un “frente antifascista”, ahora ha sido el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), con los célebres Juan Manuel Sänchez Gordillo y el diputado de Unidos Podemos, Diego Cañamero, como cabezas visibles, los que llaman ‘a la guerra’ contra el futuro ejecutivo de la Junta capitaneado por Juanma Moreno.
