En la escena primera del cuadro segundo de
“La casa de la juerga”,
sainete de Muñoz Seca publicado en 1906,
el autor pone en boca de Antoñito:
Tengo un borrico canelo
más sabio que un profesó,
con orejas de ministro
y ojos de gobernaó
Rebusna como si fuera
diputao ministerial
y se come hasta el pesebre
como cualquier consejal.
Yo quisiera que a mi burro
lo sacaran diputao,
porque otros siendo más burros
a ese puesto ya han llegao.
Pero temo que de serlo
vaya a quedarme sin él,
porque como allí habrá tantos
no lo voy a conocer.
¡Estos versos tienen más de cien años de antigüedad!
¡Pero, tristemente, son tremendamente actuales… Y se quedan cortos!