“No me gusta ver por la calle a una mujer musulmana con un pañuelo en la cabeza (…), pero no por eso me acerco a quitárselo, a increparle o a maldecir sus creencias”.
Jesús Salamanca Alonso / Miren ustedes: Yo no veo la misa ni la sigo, pero no me molesta ni lo más mínimo; es más, me parece fenomenal que la siga mucha otra gente todos los domingos. Por cierto, tampoco voy a los toros, pero nunca me han molestado. Y además, no me gustan los desfiles gays y por eso no voy a ellos, pero si alguien quiere ir… ¡Empanada para todos! Nunca me gustó la postura podemita que tanto está extendida: “Como a mí no me gusta hay que prohibirlo”. ¡Manda huevos con lo de prohibir por prohibir! Nunca antes, hasta la llegada de la vulgaridad podemita, se había conjugado tanto y tan mal el verbo prohibir.
Nunca supe jugar a las cartas ni me atrajo ese juego, pero no por eso hay que prohibirlo o condenarlo. Sigue leyendo