Una vez más es la interpretación fiscal y represora de la sectaria Agencia Tributaria que ‘escupe’ y desprecia a la ciudadanía.
Por Jesús Salamanca Alonso / Si no fueron pocos los disgustos por los que han pasado los preferentistas y los titulares de deuda subordinada, ahora llega la Agencia Tributaria y dice que quiere seguir ‘mamando´ más de los ahorradores. ¿Que por qué digo eso? Pues porque quienes han ganado los juicios, por la justa demanda de sus ahorros, tienen que tributar ahora “por la compensación que reciben para abonar el gasto en abogados”. Expertos en temas fiscales se llevan las manos a la cabeza, pero Hacienda va a piñón fijo y no parece que vaya a caerse del burro. Desde la Agencia Tributaria insisten en que es «una ganancia de patrimonio». El que no corre vuela y, en ocasiones, los más tontos quieren demostrar que saben hacer cantaros, cuando eso es patrimonio alfarero.
Los titulares de preferentes y deuda subordinada van a tener que pagar un buen pellizco, según Gestha, y además hacerse cargo de la multa correspondiente. «Las cantidades percibidas por el contribuyente, como consecuencia de la condena a una entidad financiera al pago de las costas procesales, tienen la consideración de indemnización a la parte vencedora y, por tanto, es una evidente ganancia patrimonial”. Ya lo ven. Y en virtud de esa interpretación dicen las mentes ‘calenturientas’ del ‘cortijo’ de Cristóbal Montoro que ese es el motivo de integrarlo en la declaración de IRPF. Es una interpretación curiosa, muy curiosa y nada gratificante. Una vez más es la interpretación fiscal y represora de la sectaria Agencia Tributaria que ‘escupe’ y desprecia a la ciudadanía.
El ministro de Hacienda y Administraciones públicas, Cristóbal Montoro, es así. Y, precisamente por eso, hay que aprovechar las elecciones del 26J para terminar con la represión fiscal de una Hacienda sectaria, donde se maltrata al ahorrador y al trabajador, pero se abren los brazos y se rifan abrazos a grandes y selectos defraudadores del fisco, a quienes acuden a paraísos fiscales o a quienes blanquean dinero, aprovechando graciables medidas como las adoptadas por el todavía ministro y despreciable político, señor Montoro.
Son muchas las plataformas que agruparon a titulares de preferentes y deuda subordinada en toda España. Esas mismas que han calificado la medida de “barbaridad” y de atropello. Mal futuro nos espera cuando una Hacienda Pública –con sus brazos ejecutores, represores y vigilantes—se limita a perseguir la honradez y mira al tendido ante los grandes defraudadores, catedráticos del robo y filibusteros de la no fiscalidad. ¿Acaso están en prisión los corruptos y defraudadores del estilo del podemita Monedero?
No se han parado a pensar que las costas casi nunca han llegado a manos de los ahorradores, atrapados en esos productos híbridos, y sí directamente a las cuentas bancarias de abogados, procuradores, etc. Pero la gravedad llega mucho más allá, porque esos abogados y procuradores ya lo han declarado como ingresos. ¿Pretende hacienda que el mismo dinero se declare dos veces? ¿Pero qué memez es esa?
Si durante años han tenido que luchar los afectados en la calle para dar a conocer el abuso cometido por las entidades bancarias, ahora las cerca de 500.000 familias afectadas por las preferentes y deuda subordinada van a tener que luchar contra la Hacienda Pública y contra el abandono, el abuso y el desprecio del Partido Popular. La ocasión la pintan calva y los afectados no deben parar hasta que Hacienda se arrodille ante sus permanentes estupideces, fruto del retorcimiento anticuario en interpretaciones y disposiciones. Pura y simple caverna. Doy fe.