José Manuel Soria, ministro de Industria del Gobierno de Rajoy.
Por Xavier Carrió / La aparición de los papeles de Panamá ha puesto nerviosa a la clase dirigente del país creando una nueva situación de sospecha generalizada, que rebasa la capacidad de análisis, han sido la coincidencia en esta semana con las detenciones en espectaculares operaciones policiales frente a las cámaras de televisión siempre avisadas de antemano.
Empezó por la nueva entrada en la cárcel de Mario Conde y la detención de su familia, por la trama montada para el blanqueo de la fortuna depositada en distintos paraísos fiscales procedentes del saqueo de Banesto hace ya cerca de veinte años.
El numerito montado ante los ciudadanos de Granada de la detención en su casa como si fuera un temido terrorista de su alcalde, José Torres Hurtado, por parte más de una docena de policías venidos desde Madrid y sin que nadie ni jueza, ni fiscal o ni dirigente policial que quiera hacerse responsable de la misma, al parecer a causa de unas denuncias sobre unas presuntas recalificaciones de unos terrenos, que hubieran podido resolverse con una simple citación, es una buena muestra del lío ahora existente entre la judicatura, fiscalía y policía.
