Archivo diario: 2 julio, 2015

Discurso de Juan Vicente impregnado de naftalina

Debe saber, señor Herrera, que muchos de sus cargos ya se consideran casta propia y actúan como si la administración fuera parte de su patrimonio personal.

Juan Vicente Herrera Campo, en su discurso de investidura en las Cortes de Castilla y León, 2015.

Sr. Herrera Campo, Juan Vicente:

No me he perdido ni un segundo de su intervención en las Cortes, de cara a su previsible investidura como presidente de todos los castellanos y leoneses hasta 2019. Y debo confesar que no me ha gustado, porque es más de lo mismo: cuanto ha expuesto hoy en su decálogo, lo ha dicho en numerosas ocasiones, incluso ha copiado las ideas, pero ha tenido la exquisita habilidad de retocar la forma para que parezcan ideas originales, novedosas y realistas. En una palabra: engaño. Sí, amigo Herrera, me siento engañado y traicionado por esa intervención suya.

Me duele que mi presidente engañe de esa manera. Fui fiel a usted en una ocasión — y hasta me obligaron bajo amenaza a pasarle datos sobre lo que fue la Ley que estábamos elaborando sobre la Educación de Personas Adultas de Castilla y León– pero antes vendo mi voto en un mercadillo que depositarlo en la urna con su nombre. Debo recordarle, amigo Herrera, que Mariano Rajoy engañó a los contribuyentes y estos le han dado un ‘soplamocos’ en las pasadas elecciones municipales y autonómicas. Aplíquese el cuento y aquello de las barbas del vecino. No voy a consentir su desprecio: la ciudadanía no es tan gaznápira como usted se piensa, y mucho menos estúpida.
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¡Atropellos en las plantillas de educación de adultos!

“En los centros de educación de personas adultas de su comunidad, que es la mía, se ha recortado estos últimos cuatro años más de un 52% anual, con respecto al año 2011″

Juan Vicente Herrera Campo, presidente de Castilla y León hasta 2019

Por Jesús Salamanca Alonso / Mire usted, Juan Vicente, en los centros de educación de personas adultas de su comunidad, que es la mía, se ha recortado estos últimos cuatro años más de un 52% anual, con respecto al año 2011. Alguien debería decirle que el alumnado de este tipo de centros se ve obligado en muchos casos a llevar su propio ordenador al centro para poder trabajar, al igual que muchos profesores. Y por si las preocupaciones de los cargos directivos son pocas, en estos días de transición siguen los atropellos con las plantillas: quitan profesorado con cometidos y, a la fuerza, pretenden destinar profesorado sin cometidos. Claro que, bien visto, algo así pasaba en el departamento de Estudios y Documentación de la Consejería de Educación en los años 2001 a 2003 y posteriormente: figuraba mucha gente en el directorio de la consejería, pero nunca había más de dos o tres personas trabajando. Como testigo y notario del hecho, doy fe.