Por Jesús Salamanca Alonso / Por mucho que se empeñe el Partido Popular en negar la carrera sucesoria en Castilla y León, ésta lleva abierta varios meses. Las opiniones, dimes y diretes ha querido frenarlos Juan Vicente Herrera, pero recuerden aquello de “a la calle no hay quién la calle”. Como muestra léanse los medios de comunicación y los comentarios diarios en la principal red social de España que son los bares.
De lo único que se puede dar fe es de que el ínclito alcalde de Valladolid no está en esa carrera con tintes ‘fratricidas‘ para algunos. Bien es verdad que el único que lo afronta con retorcimiento es el actual alcalde de Salamanca; precisamente el candidato cuyo consenso para que no suceda a Herrera Campo viene desde lejos. No hay duda de que con él se convertiría el Partido Popular en un incendio permanente. A la más mínima; hay ocasiones poco propicias para entrar al trapo en la política y el señor alcalde charro no suele respetar ninguna de ellas. Por eso, elefantes en cacharrerías, los menos posibles. Sobre todo si el PP tiene intención de reconducir la situación de desencanto hacia los políticos, la extendida corrupción y el daño que se ha hecho a la ciudadanía con medidas impopulares que han mermado los derechos y han hecho tambalear las libertades.
A día de hoy, como ya dijimos hace algún tiempo, Valladolid sigue teniendo el mejor candidato: Ramiro Ruiz Medrano. Tiene todos los apoyos de la Ejecutiva regional, del propio Juan Vicente Herrera y de las nueve provincias, aunque no faltan recelos por aquello de que el presidente regional, y posible candidato a la Junta de Castilla y León, sea de Valladolid. Tampoco hay que descartar a la ‘joya de la Corona castellano-leonesa’; me refiero a la actual alcaldesa de Zamora. Son tantos los méritos, la buena gestión y el trabajo enfocado de cara al futuro que a día de hoy no faltan dudas entre los dos candidatos mencionados.
Hace algún tiempo decíamos de Ruiz Medrano que “es un político de largo recorrido y ha tenido muchos años para prepararse en política. Posiblemente sea uno de los mejor preparados y que siempre ha llevado como bandera la honradez”. En los tiempos que corren, eso de la honradez entre la “casta” es bandera de confianza, descanso y sosiego para la ciudadanía. Creo que actualmente nadie lo pone en duda.
Lo curioso de la carrera sucesoria a Juan Vicente Herrera es que haya gente que piense en Javier León, actual alcalde de Valladolid. El regidor sabe formar equipos como pocos políticos saben hacerlo, pero no está en esa pomada revuelta y, para colmo, llama a las cosas por su nombre: recuerden las afirmaciones sobre Leire Pajín o sobre la bloguera que daba patadas al diccionario y cuyo ejemplo más llamativo fue aquello de las “miembras“; me refiero a la exministra Bibiana Aído, cuyas barbaridades culturales nadie olvidará, por los muchos chistes y chascarrillos que de ellas se siguen contando.