Pedro Sánchez, ¿será de fiar?

Pedro Sánchez, nuevo secretario general del PSOE, y Susana Díaz, presidenta de Andalucía nombrada a dedo por Griñán y apoyada por Chaves.

Por Xavier Carrió Jamilá / El madrileño Pedro Sánchez se ha convertido en el nuevo secretario general del PSOE, tras imponerse en las elecciones internas celebradas este domingo a los otros dos aspirantes, el vasco Eduardo Madina y el andaluz José Antonio Pérez Tapias. Sánchez ha obtenido casi la mitad de los votos depositados en las urnas por los militantes socialistas (49%), lo que le ha permitido imponerse con claridad a Madina (36%) y a Pérez Tapias (15%)

Si Sánchez ha obtenido una victoria tan holgada se debe al espectacular resultado que ha cosechado en Andalucía, sin parangón con los registrados en los demás territorios: en el feudo de Susana Díaz. Sus primeras declaraciones, una vez ha obtenido la victoria, han creado incertidumbre dentro su partido cuando ha manifestado que las primarias que habían sido pactadas previamente con sus contendientes para noviembre, ahora ya no son tema primordial. Aparece esta decisión como el primer pago al apoyo de la líder andaluza.  

Es harto probable que Susana Díaz, que ya ayer se apresuró a darse un paseo por Madrid, se considere la gran triunfadora de esta jornada electoral, no en vano le ha confirmado como la figura emergente del partido socialista. Pero haría bien en reparar en su propia trayectoria para moderar el entusiasmo: también ella se encaramó al poder por obra y gracia de unos padrinos (Griñán y Chaves) que ciertamente no parece dirijan sus pasos ahora. También Zapatero parecía una marioneta, antes de que la historia (del PSOE y de España) fuera muy otra. 
La primera decisión de Pedro Sánchez -que aún no ostenta el cargo de secretario general del PSOE- ha sido ordenar a sus eurodiputados votar en contra de la investidura de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea. El apoyo de los socialistas había sido acordado previamente a cambio de otros nombramientos que ya se han materializado.  

González Pons le acusó de “zapaterismo” y de “inexperiencia”. “Nos sentimos traicionados”, resumió, no sin exponer que se coloca “junto a la ultraderecha inglesa y la ultraizquierdagriega”; corrientes que también han votado en contra de Juncker.
 
“Ahora entiendo que se confundiera la primera vez que habló del referéndum de Cataluña, porque ahora se ha confundido con la primera decisión que ha tomado”, entró a la yugular. “Se acerca a Podemos”. Y continuó quejándose: “ha querido tener un gesto izquierdista y ha tenido un gesto antieuropeísta, ha querido acercarse a Podemos y se ha colocado al lado de Jean Marie Le Pen”.

 “Ha querido marcar su territorio de una manera bastante burda”, analizan en el Partido Popular. Mariano Rajoy evitó el choque en un acto que tenía en la Cámara de Comercio de Sevilla, pero la dirección nacional del PP no dudó en poner encima de la mesa que “se falta a la palabra dada” y existen ejemplos de cómo los socialistas españoles ya se han beneficiado de un pacto que fue suscrito por conservadores, liberales y socialistas a nivel europeo. 

Quizá nos estemos equivocando con él, ese Pedro Sánchez es hombre dotado con una notable inteligencia política. Acaba de demostrarlo. Ese Sánchez posee la audacia instintiva de los líderes genuinos, atributo en extremo infrecuente. Tanto que en la vida pública española contemporánea apenas se puede mencionar un precedente: Felipe González.  Parece que la lucha por el auténtico poder en el PSOE, pues, no está ni mucho menos decidida. Habrá que ver cómo en las próximas fechas se desarrollan los acontecimientos. 

Be Sociable, Share!

Comentarios cerrados.