Por Jesús Salamanca Alonso / Hay muchos ámbitos de la sociedad donde, tanto los recortes como las injusticias que traen aparejadas las políticas del Partido Popular, han hecho mella en la ciudadanía. La prueba la tenemos en el famosos y sospechoso “céntimo sanitario”: comunidades como Castilla y León están bajo sospecha por el destino de esos cientos de millones, cuyo destino no se ve ni se adivina ni se supone. Tal vez estemos, como algunos sospechan, ante el gran escándalo de la última legislatura del gobierno de Juan Vicente Herrera Campo.
Esa política del “céntimo sanitario” ha hecho que se cerraran empresas, que se dejara de servir millones de litros de gasóleo y gasoil en las estaciones de servicio de la comunidad, que se recaudara mucho menos de lo esperado, que los transportistas se vieran con el agua al cuello, que se destrozara un sector boyante debido a la mala gestión de la ‘casta’ regional que gobierna y que no se viera el trasfondo de la cuestión: el dinero recaudado ha venido suponiendo 5,6 céntimos por litro a mayores –durante varios años–. Por lo que comprobamos ese dinero no ha llegado a la sanidad pública de la comunidad. Nos ha mentido la consejera de Hacienda y el propio presidente de la comunidad ha dejado hacer, convirtiéndose en cómplice de la chapuza; un adefesio institucionalizado y emperifollado de indignidad, desidia e indiferencia y –según la oposición– también con una fuerte carga de mala fe.