Asamblea de Unicaja: un paripé de dos horas para cobrar 300 euros

El desconfiado Braulio Médel en el centro y miembros de la sospechosa entidad conocida como UNICAJA.

Una cinta de correr, un mini-bar, un ordenador portátil, una thermomix… Los obsequios que recibían los miembros de la asamblea de la entidad que preside Braulio Medel no podían ser más espléndidos en los buenos tiempos. Eso duró hasta 2011, cuando se creó Unicaja Banco. “Los regalos rondaban los 1.000 euros. Todo eso sin contar las dietas de alojamiento y transporte”, señala Jesús Barbosa, vicesecretario general de Secar (Sindicato de Empleados de Crédito y Ahorro reunidos), con representación en la entidad. Los miembros de la asamblea cobran, de media, 300 euros por asistencia a esta reunión. Los consejeros de Unicaja Banco no perciben ninguna retribución.

“Con estos regalos todo el mundo se iba contentísimo a casa. Y así nadie va a hacer ruido en una asamblea que para muchos suponía unas minivacaciones con todo pagado. Hay muchos impositores que no saben cómo funciona esto, llegan tarde y sólo vienen a recoger el cheque”, señala Barbosa en la puerta de entrada de la sede central de Unicaja en la Avenida de Andalucía de Málaga.

A las 12.40, exactamente 40 minutos después de la primera convocatoria, aparece José Luis Portillo, ex portavoz adjunto de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Málaga. No quiere decir nada, como tampoco el expolítico del Partido Andalucista, Ildelfonso Dell’Olmo, o el empresario Federico Beltrán, que se niegan a hablar con este diario sobre el desarrollo de la asamblea. Los tres son miembros y prefieren la discreción a cualquier comentario.
Sede de Unicaja. (E. C.)
“Yo no voy a justificar lo de los regalos y los viajes que hacían antes, pero era una práctica habitual en las cajas, y como los resultados siempre han sido buenos podrían de alguna manera justificarse. Ahora, con la crisis, desde luego que no”, apunta un consejero de la entidad. “Lo que hay que ser es transparente”, señala mientras los camareros del catering de Hemera, del grupo Foodservice, sirven los canapés tras la celebración de la asamblea.
El máximo de miembros de este órgano de Unicaja se eleva a 196 personas, pero ahora mismo existen 44 miembros vacantes, según confirman fuentes financieras andaluzas, “por falta de actividad de la comisión de control”, en la que cinco de sus diez componentes son trabajadores de la entidad, como Ramón Sedeño, su presidente, el responsable de examinar la auditoría de cuentas y procesado por malversación de caudales públicos en el caso Facturas de Almería, como publicó ayer este diario. Consejeros y sindicalistas de Unicaja ya han pedido que Medel exija a Sedeño su dimisión.
15 millones menos para obra socio-cultural
¿Para qué sirve la asamblea? “Ya ha dejado de cumplir su función porque se ha trasladado el negocio al banco. La gente de la calle no se ha dado cuenta de lo que se ha perdido cuando se han privatizado las cajas de ahorro. Siempre hemos peleado por la despolitización de las cajas, que no tiene nada que ver con la privatización”, explica a El Confidencial el vicesecretario general del sindicato Secar, que admite que tienen más recorrido protestando “fuera, en la calle, que dentro”. “Medel lo tiene todo muy controlado y en las pocas preguntas que le hacen siempre sale por la tangente o directamente no contesta. La gente no sabe qué es una asamblea”, ratifica a este diario otro miembro del sindicato.
El sindicalista no se explica cómo los políticos representados en la asamblea no protestan ante el recorte de presupuesto de la obra socio-cultural (para Unicaja es la tercera de España). Desde 2011 la entidad “ha cerrado 42 centros, la mayoría hogares del jubilado, ha cedido la gestión de otros y ha minimizado su labor cultural”, según publicó el pasado domingo el diario Sur de Málaga. Unicaja pasó de destinar 45,6 millones de euros en 2011 a los 30,4 del pasado año.
Ya pasadas las 15.30 horas, Antonio Herrera, secretario general de Comisiones Obreras en Málaga, invitaba a entrar en el catering. Esposas y maridos de algunos miembros procedentes de Almería y Jaén, invitados también al refrigerio que no se perdieron Sedeño ni Medel, sólo pensaban en terminar rápido “para hacer compras en El Corte Inglés”, situado apenas a 100 metros de la sede de Unicaja. Y con 300 euros más en el bolsillo.
Fuente de datos: el confidencial.com

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