Por Xavier Carrió / La otra noche, al calor de la noticia de la abdicación del rey, muchas plazas de España se llenaron de multitudes que festejaban la caída del Borbón y el advenimiento triunfal de una III República. Ayer se intentó repetir la protesta y solo acudieron unos centenares de nostálgicos y jóvenes rádicales. Las tres formaciones convocantes, IU, Podemos y Equo han demostrado la falta de capacidad para mantener una capacidad de concentración permanente.
Con la bandera tricolor y algunos con la bandera de la hoz y el martillo aparecieron la otra noche, al calor de la noticia de la abdicación del rey, muchas plazas de España se llenaron de multitudes para intentarnos convencer que la monarquía actual es la causante de los males, tanto sociales como económicos (…) y festejaban la caída del Borbón y el advenimiento triunfal de una III República.
Hay repúblicas sublimes y otras abominables, y hay monarquías excelsas y otras despreciables. En nuestra historia nacional ha habido monarquías funestas y otras bastante más estimulantes. Pero sólo ha habido dos repúblicas y ambas han sido calamitosas. No por ser monarquías o repúblicas, sino por la calidad de quienes las diseñaron y ejercieron el gobierno.
Ellos pretenden reproducir los hechos de 1931 donde se proclamó la II República, era tan sectaria, y sus gentes tan mediocres que aquel régimen invitaba a las comparaciones escatológicas. Sobre todo desde una derecha que nunca fue aceptada por los gerifaltes republicanos. Aquella fue una “república hemipléjica” a la que sólo le funcionaba la mitad del cerebro. La mitad izquierda. Cayo Lara ha estado allí para liderar el movimiento republicano y ha pretendido confundir al personal al enfrentar la monarquía a la democracia, más le valdría que echara un vistazo a su partido cerrado a cal y canto a la participación de sus militantes.
Vimos al líder de la coleta de la otra fuerza emergente “Podemos” que, mientras da lecciones de democracia por las televisiones, se ha dedicado a reventar charlas de los políticos que no son de su cuerda, violentando la libertad de expresión que debería presidir la Facultad de Ciencias Políticas donde presta sus servicios como profesor interino. Apoyado de los filoetarras de Bildu, como hemos descubierto a través de un video que circula por ahí.
El presidente Rajoy tuvo que aclarar que el cambio de régimen era posible pero debía hacerse por los cauces previstos por la Constitución, nunca a través de la algarada. La verdad es que éste es otro falso debate montado por la extrema izquierda con el único fin de debilitar las instituciones ahora aprovechando la abdicación de Juan Carlos.
Es verdad que necesitamos una profunda regeneración política, reformas económicas de gran calado, un impulso de reunificación nacional, un vasto programa de desinfección moral de la sociedad española y especialmente una ley que regule la democracia y la financiación de los partidos políticos. Si hubiera una fuerza republicana dispuesta a abanderar estas cosas, quién sabe: quizás con una república nos iría mejor. Lo cierto es que en la actualidad existen pocas diferencias entre las repúblicas y monarquías en todo mundo, hay monarquías corruptas y represoras que y repúblicas que utilizan la represión como sistema como Venezuela. Incluso existen repúblicas hereditarias como la Cuba de Castro, al parecer el modelo que quieren implantar estos republicanos de nuevo cuño.