En estos días de Navidad — donde muchas familias lo pasarán muy mal por culpa de numerosos hipócritas y sinvergüenzas que han dañado las finanzas de Castilla y León– no quiero que la ciudadanía de Castilla y León se olvide de los verdaderos culpables de su ruina de Caja España-Duero y de los consentidores; no quiero que se olviden de Tomás Villanueva (consejero de Economía), ni de Juan Vicente Herrera, ni de Isabel Carrasco, ni de Toni Carrascosa (mentiroso oficial del FROB), ni del presidente del Banco de España, ni del FROB en su totalidad, ni de la sorda CNMV, ni de los representantes sindicales y del PSOE presentes en el Consejo de Administración, ni de Pilar del Olmo, ni de Evaristo del Canto, ni, ni, ni… ni de tantos y tantos mediocres, ladrones, sinvergüenzas, hipócritas, aprovechados e hijos de lo que pienso convencido, para que ante las proximas elecciones paguen con creces su maldad, su mediocridad, su daño y su consentimiento.
No sé cuándo Dios les concederá el descanso eterno, pero sí tengo claro que aquí no lo encontrarán en la faz de la tierra. Por eso, vayan desde aquí nuestros peores deseos para ellos en esta Navidad que ya llega a su medianía. De todos esos deseos, que son los de preferentistas y titulares de deuda subordinada, doy fe y me hago eco.