Defunción de Caja España-Duero

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En Castilla y León andan muy revueltos los ánimos desde que se destapó la mala gestión y el presunto fraude que parece acompañar a la ex Caja España-Duero (Banco CEISS). Hoy el citado banco tiene menos credibilidad que un concejal en campaña electoral. Prueba de ello es que gran parte de los consejeros no han asistido a la última reunión del consejo de administración para convertir la ex Caja España-Duero en una fundación. Se suele decir que las primeras en abandonar el barco son las ratas,….pues eso… al buen entendedor.

El escándalo ha sido monumental y el espectáculo dantesco. Al ridículo y dejadez de la propia ex Caja se unió el lunes pasado el hecho de que nadie quisiera firmar su defunción. En Castilla y León está muy dolida la ciudadanía por el asunto de las acciones preferentes y subordinadas. Hay familias que están ante su ruina económica, personal y familiar. La entidad que integra lo que era Caja España-Duero está arruinada, incluso más arrastrada que una culebra terrera. Una prueba de esa ruina es que ni Unicaja confía en la entidad que fue bandera en la comunidad que preside Juan Vicente Herrera.

El único que está dando la cara es el actual consejero, Tomás Villanueva, quien ha llegado a arremeter contra los propios consejeros de Caja España-Duero. Unos consejeros que acudían cuando había dietas que repartir y canapés que degustar, pero que se han escondido como ratoncillos de desván  para evitar crear la fundación a la que antes aludí. Buena parte de los consejeros dimitieron y otros no asistieron, de ahí que Villanueva pidiera que tuvieran la honradez necesaria para cumplir con su responsabilidad. Claro que, pensándolo bien, qué honradez van a tener si veían cómo se caía el ‘andamiaje financiero’ de Caja España-Duero y no supieron poner freno ni solución al caos y al desbarajuste.

La ciudadanía comprueba que la dirección de la entidad no es capaz de poner orden y pretende que la Junta de Castilla y León dé la cara, agarre las bridas y gestione la extinción de la ex Caja España-Duero. La espantada de los consejeros nos ha demostrado a los inversores y ahorradores que estábamos en manos de una mafia desconocida. Es lo único que le ha faltado decir a Tomás Villanueva, pero estoy seguro que con ganas se habrá quedado.

Por culpa de la mediocridad de los consejeros y de su mala gestión, no solo están caldeados los ánimos sino que el tiempo corre contra la aprobación de las cuentas de 2012. Ni siquiera se ha cerrado el presupuesto de la obra social. Eso quiere decir que no sabemos cuál va a ser el destino de la entidad. Convertirla en una fundación no nos resolverá nada. Hasta la propia Unicaja tiene miles de dudas por el agujero no declarado que se puede encontrar en Caja España-Duero. ¿Qué dicen los sindicatos de clase al respecto? ¿Y la señora presidenta de la Diputación de León?

Antes de dar por finalizado este primer artículo sobre las maldades y la desinformación generada en Caja España-Duero, voy a contar una maldad que no saben gran parte de los afectados por el ‘latrocinio’ de la entidad: los consejeros comenzaron a dimitir a finales de mayo, justo cuando la entidad acordó reducir a cero el importe de las dietas por asistir a los consejos. ¿Se puede ser más sinvergüenza? Pues sí señores, verán que sí se puede ser más sinvergüenza. En los próximos días podrán comprobarlo. Un dato más: hasta el 25 de mayo ya se habían repartido en dietas esos consejeros por encima de los 25.000 euros.

Jesús Salamanca Alonso

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