La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León no recorta la cantidad de consejeros, ni el número de procuradores en las Cortes de Castilla y León, ni organismos inútiles ni órganos inservibles, pero sí recorta en Sanidad y en Educación. Ello demuestra su propia inutilidad y la necesidad de contar con ‘cuevas’ y ‘refugios’ para agasajar a su gente, a ‘las señoras de…’, a los afiliados y a los estómagos agradecidos; es lo mismo que el periodista, José Mª García, llamaba abrazafarolas.
La Consejería, cuyo titular es Juan Mari Sáez Aguado, tiene abandonado el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, cuyo mobiliario es incómodo, destartalado, desigual y está en muy malas condiciones. A ello hay que añadir unos problemas incomprensibles de limpieza, goteras y manchas en las paredes, además de muchos y muy malos olores procedentes de las cañerías y de los baños de las habitaciones.
No es de extrañar que el personal del citado hospital esté tan cabreado y desincentivado. “Llega un momento que venimos a trabajar por sistema, pero sin incentivos de ningún tipo. Empezaron por rebajarnos el sueldo, continuaron por trastocarnos el IRPF, y subir la jornada laboral y han terminado por eliminarnos la paga extra de Navidad”, nos contaba una de las enfermeras.
A pesar de ese abandono por parte de Sanidad y el desconocimiento de la situación en Presidencia de la Junta (enviamos colección de fotos de deficiencias del hospital para que se enteren de una vez y comprueben cómo se ríe el consejero de Sanidad del propio presidente, Juan Vicente Herrera, y le mantiene desinformado).
A la vista de cuanto comento y de las fotos que presento en diversos post de mi blog, estoy convencido que el consejero de Sanidad se ha convertido en meritorio para hacerlo “escrache” en todas provincias de la Comunidad. Allí donde acuda, debe haber alguien que en silencio le señale con el dedo, sin insultos ni estridencias. No es delito, pero sí es vergonzoso para quien se ve apuntado con el dedo; en este caso será muestra de dejadez, desidia, vagancia, inconstancia, falta de diálogo y política equivocada. ”Ese, ese es el consejero de Sanidad de Castilla y león. El mismo que usa, abusa y se aprovecha, pero no trabaja”. Éste puede ser su permanente “escrache”.