Cada vez que leo el anteproyecto de LOMCE encuentro más errores y más incongruencias. Empiezo a estar molesto con el afán por tocar la educación cada vez que un partido político asume el poder. Se olvidan de la educación a la hora de dedicar medios y dinero, pero pierden el trasero por retocarla y figurar. El ministro y su equipo merecen un suspenso rotundo.
Eso demuestra la poca estima que tienen por la educación, pensando que no se hace daño a nadie. ¿Qué dirían en Hacienda si cada ministro llegara haciendo burradas, o en Industria, o en Fomento? Pero claro, esos ámbitos los consideran más serios y cuestan dinero los errores y las tonterías.