La banda etarra debe presentar su rendición, entregar las armas, pedir perdón a las víctimas y cumplir íntegras las penas. Mientras eso no suceda, la banda seguirá latente, lo que quiere decir que puede volver a matar en cualquier momento.
Un dato para finalizar: si ETA quiere integrarse en el ámbito político, debería presentarse a cara descubierta para leer el manifiesto de rendición y arrepentimiento. Pero ya lo han visto. No hay más cera que la que arde y la cobardía ahí queda demostrada. Decía Graham Greene que quien exige jugar con las cartas boca arriba, tiene todos los triunfos en la mano.