De todos es sabido que en el Partido Popular se pone en duda el liderazgo de Mariano Rajoy, hasta el punto de poder asegurar que existen dos claros sectores y un tercero agazapado. El partido mayoritario que hoy ocupa los bancos de la oposición, precisa de una urgente renovación. Hay un caso clamoroso en una de las provincias castellanas, donde un senador ha recibido decenas de propuestas por escrito en estos últimos cuatro años para mejorar el sistema educativo; pero ha sido incapaz de contestar a ninguna de ellas y ni siquiera ha acusado recibo de las mismas, lo que supone un desprecio a la ciudadanía, una pedrada al sentido común y una certera lanzada a las promesas que hizo su jefe nacional en campaña electoral, Mariano Rajoy. Actúa como los asesores de Juan Vicente Herrera que o no contestan o salen por aturdidas peteneras.
¿Quién va a votar a un senador con tal grado de engreimiento? Mariano Rajoy es conocedor del caso y vamos a ver si es capaz de prescindir de él en las próximos comicios generales, y de muchos otros en diversas provincias, y cómo se lo va a plantear al máximo órgano provincial. Hace unos meses, el señor Rajoy comprometió su palabra a este analista político de no permitir atrocidades como la del señor senador. Comprobaremos si Mariano cumple o su palabra es vana e ineficaz, como sucede con la mayoría de los compromisos contraídos por los políticos en estos tiempos. Si no cumple, será una prueba más de que don Mariano pinta poco en su partido y de que los presidentes provinciales y regionales le enmarañan el pensamiento.
Desde hace tiempo venimos observando que el líder del Partido Popular se ha convertido en especialista de la política del avestruz. No sabemos si por inseguridad en él mismo o por temor a meter la gamba con sus opiniones. De lo que sí estamos convencidos es que le encaja perfectamente el pensamiento de Jean Cocteau: «Plantearse los menos problemas posibles es la única manera de resolverlos».