Ni a Fernando VII se las ponían como se las están poniendo al Partido Popular. Nunca antes se ha conocido que un partido político tenga tanta rentabilidad con tan poco trabajo y nulo esfuerzo, salvo las generaciones LOGSE. Da la sensación que no hay justa reciprocidad entre premio y castigo, esfuerzo y resultado o trabajo y dejadez. Y si no estoy en lo cierto, que alguien me explique el mérito que la derecha ‘mariana’ ha hecho para verse con unas encuestas tan favorables.
Lo curioso del caso es que la realidad no engaña. La caída espectacular del PSOE es algo que nadie puede negar, máxime tras el daño que ha hecho al Estado desde el punto de vista social, político, moral y económico. Resulta sorprendente que, sin apenas trabajar y utilizando el insulto como arma diaria, el PP pueda llegar a conseguir una clara mayoría absoluta; el elemento sustentante de esa mayoría no es otro que la debacle socialista, cuya clave está en el engaño permanente, la pérdida de derechos de la ciudadanía, el acrecentamiento de la desigualdad, la negociación de igualitaria con banda armada, la desconfianza exterior, la pérdida de millones de puestos de trabajo y la dejadez que ha acompañado al Gobierno socialista en estos siete últimos años. Decía Esopo que la rueda más estropeada del carro es la que más ruido hace. Y hoy no hay duda que las ruedas del Gobierno de Rodríguez ‘Vendeburras’ suenan por desgaste, envejecimiento y abandono.
Sorprende, como ya ha quedado apuntado, el exceso en el resultado por parte del Partido Popular. Comprobar que podría haber casi 16 puntos de ventaja respecto al PSOE, viene a suponer alrededor de 60 ó 63 escaños de diferencia entre un partido y otro. Lo cual, dicho sea de paso, es una atrocidad, porque si bien el PSOE ha hecho suficiente demérito, el PP de Mariano Rajoy no ha hecho ese mérito ni en sus mejores sueños. En estos momentos tiene que empezar a preocuparnos el saber que la derecha puede tener más de una docena de escaños por encima de la mayoría absoluta. Y eso es un atropello, sabiendo que no hay recetas mágicas ni pócimas improvisadas para salir del atolladero en el que el Gobierno Rodríguez nos ha atascado.
En este momento, el PP recibiría muchos miles de votos prestados. Unos votos que lo son en espera de resultados inmediatos; algo que se nos antoja imposible. Esos votos prestados, no tardando se convertirán en ‘titiriteros’ en la calle, vociferantes en las diarias algaradas y carne de manifestación incitada por el burlón y aprovechado Sindicato Vertical Unificado en que se han convertido los sindicatos obreros; esos mismos que meten la mano en el cajón de los ERE y no denuncian mientras les llegan sustanciosas tajadas y abundantes salsas.
Se está dando a entender en algunos medios de comunicación que el PSOE obtendría unos resultados semejantes a los de 1977. Nunca obtuvo menos apoyo. Ahora sí han hecho mérito para ello, pero también lo hicieron en los años duros de la corrupción, el GAL, el crimen de Estado y el ‘estudioso’ Roldán. Este tipo de resultados por parte del socialismo no preocupan a la ciudadanía, lo que sí parece preocupar es que el PP coseche lo que no ha trabajado. Y no solo no ha trabajado sino que sigue estando bajo sospecha con la trama latente en la comunidad valenciana y la extensión del caso Gürtel a Madrid y a Castilla y León. Remedando a Dickens, no está de más que la caridad comience en nuestra casa y la justicia en la puerta inmediata.