Hace tiempo que los ciudadanos de Castilla y León comprueban que ninguno de estos dos ‘cencerros’ sacará la comunidad adelante. El actual presidente, porque ya ha demostrado una incompetencia fuera de lo común, a lo que se une la constante indisciplina de su partido y la rebelión de casi todos sus directores generales (soldados de segunda fila). Por otra parte, el aspirante va de contradicción en contradicción, predicando lo contrario de lo que ha hecho su partido en el Gobierno central; a todo ello hay que añadir la fama de vago que arrastra y que le acompaña desde siempre.
¿Pero en qué manos está Castilla y León? Y lo que es más grave: ¿saben ustedes en qué mano puede estar tras el 22 de mayo? Decía Quevedo que «nadie ofrece tanto como el que no piensa cumplir».