«Mientras más de cuatro millones y medio de españoles están en el paro, los partidos debaten en el Congreso políticas de subsistencia en lugar de creación de empleo», así de claro lo expone Diario Liberal en su página principal. Con ello sale a la luz, una vez más, la diferente velocidad y la disparidad de intereses entre los mal llamados ‘padres de la patria’ y el contribuyente o, si se prefiere, la ciudadanía.
Nos encontramos con una clase política desinteresada por los temas colectivos e importantes que afectan a la sociedad, aunque sí suelen estar muy interesados en cuestiones personales. No hay que ser un lince para darse cuenta de ello; si algo abunda en ese sentido son temas que avalan nuestra afirmación. Han perdido la vergüenza nuestros políticos y por eso la ciudadanía tiene el derecho de perderles el respeto. Recuerden la máxima aquella de: «cuando los que mandan, pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto». Pues eso.
Ahora llegarán las elecciones municipales y autonómicas, con lo que se acrecentarán las críticas. Es la época del «…y tú más». No se preocupen, porque los políticos nunca llegan a cumplir lo que dicen. Ni se denuncian ni van más allá del adjetivo ‘descalificativo’. No les interesa que algunos temas se les vuelvan en contra; suelen darse por contentos si ocupan sillón en la oposición, porque se vive muy tranquilo. Y también lo están si tocan poder, sobre todo si se rodean de ‘besamanos’, afiliados cómodos y aprovechados; algo así como los ‘lameculos’ y ‘abrazafarolas’ que llamaba José María García en sus tiempos de comentarista mordaz.
En este último caso se encuentran buena parte de los asesores de la Junta de Castilla y León; es decir, los mismos que pretenden que el cachalote y la marsopa sean especies protegidas en la comunidad, e incluso aquellos funcionarios que, estando sancionados por corrupción, siguen en su puesto de trabajo, ante la dejadez de algunos consejeros y el miedo de Herrera Campo a levantar la voz. Hoy hemos podido comprobar que en algunas consejerías se hacen tantas horas de cafetería como de trabajo real en los despachos. ¿Quieren fotos? Las habrá en campaña electoral. ¡Que nadie lo dude, porque la ciudadanía hace tiempo que está harta en algunas comunidades de segundo rango!
Escándalos como los citados, no solo se dan en Castilla y en León. Echen una ojeada por otras comunidades y verán lo que se encuentran: pueden empezar por Valencia, seguir por Cataluña, indagar en Extremadura, investigar en Castilla La Mancha y acabar por Andalucía. La corrupción, la dejadez, la reiterada desidia, el engaño y la mentira son moneda de curso oficial y, en muchos casos, de curso oficial y diario.