Mr. Bean, personaje del espectáculo europeo, ha llegado a avergonzarse cuando le comparan con el gótico-esperpéntico de la política española, indigente intelectual de Moncloa y «tonto contemporáneo», Rodríguez Zapatero.
Al presidente se le han acabado los aduladores, exceptuando los ‘babeantes‘ sin trabajo, a quienes sujeta con los dineros de las arcas del Estado. «Para quien ama la lisonja fácil, es enemigo quien no es adulador», decía Fray Benito Jerónimo Feijoo.
Nadie debe dudar de la incompetencia del presidente del Gobierno y jefe del aturdido, desconcertado y parricida socialismo. Un presidente a quien la ciudadanía — sobre todo funcionarios y jubilados — se dirigirá en los próximos días, en cada una de sus visitas y en los actos a los que acuda con el remedo de lo que vociferan a Cristiano Ronaldo en algunos campos de fútbol. Para ello han arreglado la musicalidad del grito: «¡Zapatero, ese leonés, qué hijo p… es!» .