Hace tiempo que venimos observando que al Partido Popular le trae sin cuidado la comunidad autónoma de Asturias. El partido ha sido capaz de aguantar carros y carretas, tragar sapos y sopas o mirar hacia otro lado con tal de no darse por aludido ni entendido en tema varios que afectan a los asturianos.
Hago esa afirmación porque llevo años recibiendo información privilegiada desde el grupo de no adscritos del Ayuntamiento de Mieres. Un grupo escindido del PP por la mala cabeza del presidente asturiano del PP, así como por la mala organización, peor gestión y nula estructuración que acompaña al partido desde hace tiempo. Un partido que se ha convertido en un atrincheramiento vulgar, frente al aire renovado que puede representar Álvarez Cascos y grupos afines.