De malas personas y peores políticos.

«(…) el presidente del Comité Electoral, Miguel Arias Cañete, dio el jueves los nombres de los cuatro nuevos candidatos que el PP presentará a las elecciones autonómicas del 22 de mayo: José Antonio Monago (Extremadura), José Ramón Bauzá (Baleares), Santiago Cervera (Navarra) e Isabel Pérez Espinosa (Asturias). A estos cuatro candidatos se unirán Ignacio Diego (Cantabria), Esperanza Aguirre (Comunidad de Madrid), María Dolores de Cospedal (Castilla-La Mancha), Juan Vicente Herrera (Castilla y León), Pedro Sanz (La Rioja), Luisa Fernanda Rudi (Aragón), Francisco Camps (Comunidad Valenciana), Ramón Luis Valcárcel (Murcia) y José Manuel Soria (Canarias)» (Elsemanaldigital.com)

Ahí tienen los candidatos que el PP va a presentar en las próximas elecciones autonómicas y en las diferentes comunidades autónomas. Estamos ante el triunfo de las tesis más conservadoras y retrógradas. El Partido Popular, en vez de mirar al futuro e intentar llegar a Moncloa — para evitar que el inútil ‘vendeburras’ de Zapatero siga arruinando España– ha optado por mirar al pasado y seguir la línea de la derechona más rancia y cavernícola. De esa lista cavernaria que ven ustedes arriba, apenas se  salvan Esperanza Aguirre y Rudi. Más de lo mismo, que viene a ser la confirmación de las tesis de Lolita de Cospedal; sin duda, uno de los mayores  errores cometidos por el PP.

Con tales perspectivas, el PP no tocará poder de lejos. En el hipotético caso de tener mayoría absoluta, el partido de la derecha no tiene soluciones para salir de la crisis. El actual Gobierno ha llevado a España a tal nivel de degradación que la ciudadanía ha dejado de creer en él, pero tampoco cree en los partidos de la oposición. ¿Por qué? Pues por muchos motivos, pero la guinda del pastel ha sido el hecho de cercenar y degradar todo lo relativo a las jubilaciones, excepto las suyas. Por cierto, si la mayoría del PP llegara a ser simple, puedo prometer y prometo que no tocará poder, porque de nuevo se instaurará el cordón sanitario que funcionó durante toda la legislatura pasada y la anterior.

Las jubilaciones de los diputados no solo no se tocan sino que se protegen como si fuesen un bien de Estado.  Es una prueba más del desprecio de los propios políticos a los trabajadores; una prueba más de que las aspiraciones políticas no se basan en trabajar por mejorar los servicios a la ciudadanía; un ejemplo claro de que los partidos políticos empiezan a ser enemigos de los ciudadanos. De ahí los desengaños a la hora de votar, lo mal vista que está la clase política  actual y la urgente necesidad de implantar las listas abiertas en las elecciones generales, autonómicas y municipales.

La ciudadanía empieza a sentirse prisionera de sus políticos. Los mal llamados representantes de la patria, cada vez representan a menos cantidad de ciudadanos, porque han perdido la vergüenza; es decir, quien pierda la vergüenza se convierte en sinvergüenza. Y ya se sabe, cuando los mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.

También hemos de tener presente aquella máxima donde se dice que «los pájaros enjaulados no cantan sino que se pasan la vida llorando y pidiendo socorro». ¿Qué queremos decir? Pues que este tipo de políticos y de partidos ya no sirven en las sociedades modernas, además se representar un problema para esas mismas sociedades. Faulkner decía que no se puede confiar en los malos políticos ni en las malas personas, porque no cambian jamás.

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