Desde hace tiempo venimos denunciando la actitud de vagancia continuada que caracteriza al Gobierno español; la mediocridad de casi todos sus ministros; la falta de perspectivas de futuro; los inexistentes planes de empleo; el déficit continuado y, lo que es más grave, la falta de aportaciones a la Seguridad Social: la hucha que los gobiernos de Aznar llenaron, los sucesivos gobiernos socialistas no solo no han aportado sino que han metido la mano en ella.
Esa actitud insolidaria y propia del latrocinio más desvergonzado es lo que ha puesto en peligro las pensiones, a la vez que lentamente llevaban a España a la quiebra económica. Y aquí llegamos, señores. Es lo que hay. Lo que no se entiende es la torpeza de la ciudadanía otorgando el voto al inmaduro y vulgar socialismo español, pomada de todas las salsas avergonzadas y ruina de la vulgaridad más despreciada y despreciable.