¡Márchate, Juan Vicente, Castilla te lo agradecerá!

Ha caído como un jarro de agua fría el hecho de que, Juan Vicente Herrera Campo, pretenda volver a presentarse  como candidato a la Junta de Castilla y León. Podrá avalarlo su partido, estarán contentos sus colaboradores y los afiliados de su partidoe, pero ni es buena idea ni es un día de alegría e ilusión para Castilla y León. Prueba de ello son las encuestas: Herrera Campo no sale bien parado en muchas de ellas. En este blog, en la columna de la derecha,  tienen una encuesta que lleva un mes y los resultados son claros a día de hoy: un 84% de votantes considera que Juan Vicente Herrera no debe volver a presentarse, el 14% dice que sí y un 2% por ciento tiene dudas.

Herrera Campo preside una comunidad donde no ha cumplido sus promesas y donde cree que ha ‘comprado’ una finca particular. Incluso vamos más allá: está rodeado de colaboradores que no salen del despacho y muchos de ellos maltratan sicológicamente al ciudadano no cogiendo el teléfono, dejando de contestar a los escritos, propuestas y sugerencias de la ciudadanía o haciendo la vista gorda a los problemas de la comunidad. Gran parte de ellos están nombrados a dedo y no es desarrollo o el crecimiento de la comunidad lo que les interesa como objetivo prioritario.

Ni siquiera, cuando Herrera reúne a sus altos cargos,  consigue que éstos se mentalicen. Todos le prestan atención mientras toman el vino y saborean los canapés, pero él sabe que no sirve de nada y que cuando finaliza el acto se mofan de él.  Lo hacen año tras año y el presidente no aprende. Una prueba del mal funcionamiento y del abuso que se observa a diario es comprobar cómo a los altos cargos van a buscarlos hasta la puerta de su casa con el coche oficial, incluso aunque vivan distantes de la Consejería donde ejercen como alto cargo. Así, Castilla y León arrastrá un lastre de difícil curación y peor solución.

No es cuestión de extenderse, por eso como remate hay que incidir en que Herrera Campo no ha logrado hilvanar una comunidad moderna y mucho menos una comunidad poblada. Precisamente del despoblamiento de Castilla y León tiene mucha culpa el equipo de Gobierno. Una comunidad donde la juventud universitaria se tiene que marchar fuera y lejos para poder trabajar.

Castilla y León no oferta oportunidades a la juventud y mucho menos a la juventud universitaria y – a pesar de ser una comunidad muy envejecida – tampoco existen los medios necesarios para atender a la población mayor. Los sucesivos Gobiernos de Herrera, así como la deficiente y abusiva  gestión en que han incurrido nos han llevado a que León y Castilla presenten unos datos de paro escalofriantes, una brutal falta de perspectivas, una despoblación galopante, una administración sobredimensionada donde sobran casi la mitad de los funcionarios, un parque de coches oficiales inmenso y solo superado por Andalucía y, lo que es más grave, un preocupante abandono de infraestructuras  sanitarias y educativas.

A la vista de la realidad situacional de Castilla y León, no es de extrañar que el secretario de organización del PSyL-PSOE diga que lo único positivo del anuncio de Herrera Campo como  candidato a la Presidencia del Gobierno regional en los comicios de 2011 es que «tendrá que dar explicaciones a los ciudadanos de los compromisos con los que concurrió a las elecciones y que no se han materializado».

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